La frustración, cómo superarla

La frustración, cómo superarla, es lo que te proponemos en este post, porque conociendo los mecanismos que los provocan, se puede superar. La psicóloga Helen Stoner nos cuenta cómo vencer esta situación.

En 1943, Abraham Maslow introduce el concepto Pirámide de Maslow, en su artículo ''A Theory of Human Motivation'' y en su libro ''Motivation and personality''. El autor intenta conocer qué hace a la gente feliz y que podemos hacer para mejorar su desarrollo personal así como la autorrealización. La pirámide que propone se compone de 5 niveles, desde la base con las necesidades básicas hasta la cúspide con las necesidades más complejas. Estas necesidades son: fisiológicas, seguridad, afiliación, reconocimiento y autorrealización, respectivamente en el orden nombrado anteriormente.

• Necesidades fisiológicas: son imprescindibles para sobrevivir y biológicas, por ejemplo respirar, comer, beber, dormir... Si éstas no son cubiertas, las demás son necesidades secundarias.
• Necesidades de seguridad: orientadas a la estabilidad y protección como es un empleo, los ingresos, la salud, etc.
• Necesidades de afiliación: las encontramos en nuestra vida diaria formando parte de una familia y de una comunidad. El amor, tener afecto, pertenecer a un grupo social o ser miembro de un equipo, todas ellas buscan vencer sentimientos de soledad.
• Necesidades de reconocimiento: en este nivel tenemos la autoestima, el logro y el respeto hacia los demás. Complacidas estás necesidad, la persona siente seguridad en sí misma y se da cuenta del valor que posee dentro de la sociedad.
• Necesidades de autorrealización: ubicado en la cima de la pirámide, hablamos de desarrollar necesidades internas como es la moral, tener una meta en la vida, tener un comportamiento altruista...

Viviendo en una sociedad como la que nos rodea actualmente llena de exigencias, con objetivos orientados hacia los resultados en vez de orientados hacia el logro, y con la obligación de destacar, ser el mejor, el número uno es normal vivir situaciones de estrés, pero ¿y la frustración que nos crea no conseguirlo?

¿Qué es la frustración?

Según la Real Academia Española se trata de la imposibilidad de satisfacer una necesidad o un deseo. Y por otro lado, es el sentimiento de tristeza, decepción y desilusión que esta imposibilidad provoca.

Por lo tanto, no llegar a cumplir las exigencias externas que recibimos, no conseguir los resultados que esperábamos, y como no, no destacar ni ser el número se convierten en frustraciones que vamos cargando a nuestras espaldas. Para un adolescente, suspender un examen; para un joven adulto, no conseguir plaza para estudiar la carrera universitaria que quería; para los adultos, no trabajar en lo que amamos... es decir, no conseguir nuestro objetivo conlleva a que esta situación desencadene tristeza, apatía, pérdida de la ilusión... generando así un estado de estrés cuya respuesta será la ansiedad, o bien de vacío y anhelo insaciado.

Sabías que... el proceso de estrés se basa en una situación que nos sobrepasa, la cual evaluamos negativamente y respondemos con ansiedad.

¿Cómo llevamos a la práctica un buen manejo de la frustración?

• Siendo conscientes en primer lugar de las emociones que nos está generando.
• Darse cuenta que un deseo no es una necesidad que debamos resolver inmediatamente.
• Aceptar que nadie es perfecto y que las altas exigencias u objetivos irreales nos llevan a sentir frustración, paralizándonos y cayendo en un bucle negativo.
• Controlar impulsos perjudiciales para nuestras metas y nuestras emociones.

Si el plan que estás llevando a cabo no funciona, ¡cámbialo! pero nunca cambies la meta; reconoce los errores para aprender y no repetirlos; quédate siempre con lo positivo porque mediante la experiencia crecemos y maduramos; y sobre todo, alimenta tu autoestima.